Para mantener un cuchillo en perfectas condiciones y con mucho más tiempo de durabilidad, lo primero es comprar uno de excelentes condiciones y de muy buena calidad en sus materiales de fabricación, tanto de la hoja como del mango. Algunos consejos que nos ayudarán es su limpieza, es decir, lavar los cuchillos inmediatamente después de su uso y no dejarlos en contacto prolongado con restos de alimentos.
Lavarlos con detergentes neutros o poco alcalinos para que no corroan el acero, como sí lo hace la lejía, sosa o detergentes que contengan cloro o cloruros libres. No frotar los cuchillos con productos o estropajos abrasivos ni limpiadores metálicos o sintéticos. En el lavavajillas coloque los cuchillos con las hojas hacia abajo, en cestos separados del resto de la vajilla.
No dejar los cuchillos sumergidos mucho tiempo en agua, sobre todo si se trata de aguas duras o salinas que afectan al metal. Al lavarlos, deben secarse inmediatamente con paños suaves y absorbentes.
Mantenerlos siempre bien afilados con chairas o afiladores apropiados. Todos estos consejos valen para todo tipo de cuchillos.